miércoles, 12 de agosto de 2009

Me gustan los huevos fritos

Siempre hablando de comida, ¡me encantan los huevos!.
En tortilla francesa, en tortilla de patata, fritos, revueltos, duros, en ensalada, ...

Pero, sin quitar mérito a la tortilla de patata, freír un huevo tiene su enjundia.

Antes de empezar con la tarea, hay que distinguir la personalidad de quien lo va a hacer.

Primero está "la persona que disfruta haciéndolo" sin importarle nada.
Aprovecha cuando está sola, y saca la sartén, echa el aceite, coge los huevos, los fríe, y se los come con un placer orgásmico indescriptible. Por cierto, si su pareja se lo pide, siempre le dice eso de "si quieres te lo haces tú" (estamos hablando de los huevos fritos).

Después está "la persona limpia".
Primero busca diez periódicos viejos o nuevos, da igual, y empieza a empapelar toda la cocina, azulejos, encimera, suelo, ventana, vitrocerámica, y deja un agujerito en el papel que cubre la vitro, justo, para poner la sartén (y siempre acierta con el tamaño de la sartén, ¡qué ojo!).
Cuando su pareja llega a casa se da el susto del siglo, porque eso de habitaciones empapeladas solamente se ve en las películas con psicópata asesino.

Y por último está "la persona miedica".
Antes de meterse en la cocina, se pone pantalones largos, calcetines de lana, zapatillas, camisa vaquera de manga larga, esos guantes de piel de vaca vuelta que siempre tiene en el coche en perfectas condiciones (nunca los ha usado ni usará), unas gafas de sol, un pañuelo en la cabeza y una braga (estamos hablando de una prenda militar para taparse la nariz y boca…no mezclemos la ropa interior cuando tenemos unos huevos entre manos).
Cuando alguien de su familia la ve y la pregunta "¿pero donde vas?", ella contesta "por si salta", a lo que suelen contestar "¿Quién, los paracaidistas?, ¡que parece que te vas a la guerra!.

Si estás dentro de alguno de estos tres grupos, es que sea como sea quieres hacer un huevo frito, por lo que:

Coge una sartén ni grande ni pequeña, echa un dedo de aceite (la medida es con el dedo puesto horizontalmente), y cuando el aceite esté muy caliente rompe con "cuidado" el huevo y echa su interior a la sartén. Si por alguna extraña razón te estás acordando de alguien que te toca las narices cuando vas a romper el huevo, es mejor que vayas directamente a la receta de la tortilla.

Después, con valor, siempre con mucho valor, echa un poco de aceite por la yema, y saca el huevo con cuidado.
¡bon apetit!

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