jueves, 21 de mayo de 2009

Feng Shui

La traducción de Feng Shui es "Viento y Agua", y pretende, en definitiva, lograr que el chi atraviese nuestro espacio vital , como una brisa suave ó un arroyo fresco.

Es el arte de diseñar nuestro entorno, usando unas determinadas técnicas, para que la energía de los elementos que nos rodean nos aporten energía positiva.

El arte del Feng Shui se puede utilizar para el diseño de ciudades, edificios, casas e interiores.
Es importante que los lugares en donde más tiempo pasamos a lo largo del día y de la noche, nos aporten la energía necesaria para que nuestro cuerpo y alma estén en armonía con el universo.

Por ejemplo, en el dormitorio las paredes deben de ser de colores pasteles suaves, lo mismo que las sábanas, colchas, almohadas, y alfombras.
No se debe de poner la cama frente a elementos que reflejen las imágenes, como espejos o televisores.
Ni la cabecera, ni los pies de la cama deben estar enfrente de la puerta.
Si vives en un piso de dos plantas, el dormitorio no debe de estar encima del garaje o de la cocina.
No poner el cabecero de la cama bajo una ventana, y si tuviera que ser así, se deben de poner cortinas oscuras.


Yo no era nada del Feng Shui, hasta ahora.
Y, aunque solamente sea por esta vez, no es porque quiera conquistar a ninguna dama, sino porque llevo una vida un poco desordenada.
Seguro que con unos pequeños arreglos por aquí y por allá, mi ying y mi yang estarán equidistantes entre sí.
Ya me lo decía mi padre cuando me estaba enseñando a montar en bici, "¡céntrate!".

En serio, debo de replantearme remodelar un poco mi casa, sin llegar a ser una obsesión y sin tener que seguir la norma hasta sus últimas consecuencias, pero bueno, pues eso, un pequeño cambio de rumbo.

Seguro que me lo agradeceré en un futuro.

Un saludo.

miércoles, 20 de mayo de 2009

Piercing

Siempre he sido un detractor de los piercings.
Suscitaban en mí que toda una serie de engranajes se pusieran a trabajar, solamente para denostarlos, maltratarlos, aborrecerlos,...

Es curioso, pero verlos me hacía poner en funcionamiento partes de mi cerebro que no trabajaban en cualquier otra materia mundana y placentera, ni siquiera leyendo un libro o visitando un museo.

Pero claro, nunca los extremos han sido buenos, excepto cuando el extremo es el de una cuerda, y de él depende que te caigas por un precipicio.

Y llegó el día...
Llegó el día en el que me parecieron perfectos.
Es que no me puedo resistir a cambiar de opinión cuando veo un ángel.

Sí, vi un ángel de pelo negro, ojos claros, labios perfectos, cuerpo divino, y ....... un piercing.
En ese momento se me cortocircuitaron las neuronas malignas, esas que entraban en funcionamiento cuando veían ese demonio hecho titanio.
Y es que nunca se sabe cuando se tiene el demonio dentro, hasta que se ve la luz divina.
Ese piercing situado en su nariz me pareció una lágrima que se le quedó esperando que alguien la consolara.

Desde ese mismo instante soy hidalgo caballero defensor de los piercings, eso sí, depende de quien y donde se lo ponga, que cuando un piercing está en sitios raros ¡no me gusta un pelo!.
Aunque todo será cuestión de ver un ángel con un piercing en algún sitio raro, para que me vuelva acérrimo defensor de tamaña tropelía.

Un saludo

lunes, 18 de mayo de 2009

Mi primera línea

Estoy un poco nervioso.
Es la primera vez que tengo blog, la primera vez que escribo en un blog, y la primera vez que me voy a leer en un blog.

No sé si podré aguantarlo.