sábado, 24 de abril de 2010

He plantado una semilla

Planté una semilla.

Cogí unos pedacitos de mi corazón, porque aunque cuarteado y seco, es lo único que me queda para abrigar ternuras, y aloje en su interior esa simiente con la esperanza de que mi corazón la abrazara como si fuera la mano a la que te aferras cuando bajo tus pies el mundo ha cedido hace mucho tiempo.

Y la regué con las mismas lágrimas que marchitaron y desecaron mi sonrisa hasta hacerse filo cortante de alegrías, porque tuve la certeza de que así crecería más fuerte, habiendo probado los amargores que fortifican blanduras.

Y cada mañana esparcí por su tierra diminutos granos de sentimientos pasados, en los que había encapsulado amaneceres sin soledades, diminutos besos con los ojos cerrados, minúsculas caricias de tacto eléctrico, esas imperceptibles miradas que inundan el corazón de sangre, porque tuve el convencimiento de que así se sentiría viva.

Y cada noche velaba su sueño para que no se sintiera sola, y la contaba bellas historias verdaderas con bellos finales inventados, los otros, los reales, me los guardaba para mí. Y la susurraba versos simétricos, asimétricos, de rima asonante, consonante, sin rima, y la tarareaba dulces canciones, porque creí que así aprendería los ritmos y compases que hacen vibrar las almas en suaves frecuencias de dulzuras y deleites.

Y soñé que esa semilla sentía que su mundo era yo, y que fuera de mí la nada ahogaba su existencia.
Y cuando desperté, percibí que en esa semilla había puesto toda mi fe, que ella era mi credo, y que su germinar sería el aliento que le falta a mi alma.

Everything (LifeHouse)

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sábado, 17 de abril de 2010

Mi prisión

Mi prisión no es palpable.
No tiene celdas, ni barrotes, ni puertas, ni ventanas.
Solamente tiene interminables pasillos y, en sus paredes, cuelgan las miles de cuadros de sentimientos que me han llegado a emocionar o perturbar de alguna manera.
Y cada noche los ando y desando como una penitencia eterna que bascula entre la placidez y el dolor.

Mi prisión esta compuesta de esencias, de hedores, de razones, de delirios, de existencias, de ausencias, de certezas, de incertidumbres.

En apariencia, las bondades se equilibran con las maldades, pero en esta cárcel los extremos del brazo de esa balanza no son equidistantes del centro de mi alma. Y ese brazo siempre se alarga hacia la parte infame.
Y se estira para extenderse por todos esos rincones a los que todavía les alumbra un rayo de esperanza, para eclipsarlos con su gravedad infinita, esa que engulle brillos, ese agujero negro de noches sin sueños, de días sin ilusiones.

Estoy perdiendo las pasiones.
Las que tenía se van deshaciendo, y las nuevas se esconden de mí mismo.
Yo soy mi propio carcelero, el que reprime con furia ese deseo de libertad que no se queda en las consecuencias, el que extermina sin remordimientos cualquier atisbo de posibilidad realizable, tejiendo una fina tela de araña que atrapa esos anhelos y los oculta hasta que se evaporan.

¿Cómo he llegado hasta aquí?
Parte ha sido por mi causa, parte han sido mis consecuencias.

Trouble (Coldplay)

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