martes, 15 de septiembre de 2009

El mar me llama

El mar me llama por las noches.
Escucho su llamada como un murmullo muy lejano que se abre paso entre la tierra seca e inerte que me separa de su transparencia.

Cierro los ojos y me dejo llevar por ese susurro que me adormece.
Intento concentrarme en ese siseo, abandonando la pesada materia que compone mi cuerpo y descubriendo un mundo nuevo, en donde no importa lo tangible.

Veo una playa, y los siseos se convierten en palabras sueltas que puedo distinguir entre el rumor de las olas.
Esas palabras inconexas se van convirtiendo en frases que me envuelven en el sueño de tu nombre; "está aquí", me dicen esas voces que son como cantos de sirena guiando un barco a la deriva.
Camino por su arena y me voy adentrando en el agua.
Noto las olas batir débilmente sobre mi cuerpo, y poco a poco irlo bañando hasta llegar a mi cabeza. Es mi bautismo en un reino que no sé si en realidad existe.

Abro los ojos dentro del mar y puedo ver claramente todo lo que me rodea, y vuelvo a escuchar esas voces; "ella está aquí con nosotros". Y empiezo a vislumbrar una figura que se me acerca, bañada en una luz tamizada por la tibia transparencia del agua.
Sus sedosas ropas son mecidas por el mar, que acuna su pelo jugueteando con su suavidad.
Cuando la figura llega hasta mí es cuando la veo, y es cuando te veo a ti. Ahora sé en donde estoy.
Estoy en tu tumba, panteón en el que dejaste tu espíritu esperando que yo regresara a buscarte, a salvarte de esta transparente prisión.

Acaricio tu blanco y frío rostro, le beso con la esperanza de darte una chispa de calor, y con el anhelo de que conserves esa pasión hasta el momento en que vuelva a reunirme contigo para siempre.

En ese instante despierto y me veo reflejado en el espejo, y le hablo como si tú estuvieras al otro lado, escuchándome.
"No temas, regresaré junto a ti para no volver a separarme jamás. Traeré los bolsillos llenos de ese amor que me falto darte. No te preocupes mi vida, multiplicaremos cada caricia, cada beso, para que no se gaste nunca ese amor que nos fue arrebatado.
Ahora descansa, cuando vuelva haremos de tu prisión el paraíso de nuestros sueños pues, juntos, los barrotes de esa cárcel se disolverán en el agua como el dulzor de tus besos se disuelve en mis labios para llegar al centro de mi corazón.
Cierra los ojos para que, cuando llegue y toque tu rostro, lo primero que veas sea mi amor".

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Hello (Evanescence)



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2 comentarios:

  1. Dan ganas de volver a estar en la orilla
    del mar , escuchando las olas y el murmurar de las olas.
    un beso

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